No es ningún secreto que los niños no necesitan mucho para ser felices. Su imaginación les permite convertir cualquier objeto cotidiano en una nave espacial o en un coche, así que es fácil imaginar el deleite de un niño al recibir una casa de juegos de madera.
Desde una edad temprana, cada niño es diferente pasiones y aficiones individuales, que, además, están cambiando con bastante rapidez, por lo que es muy difícil determinar lo que los juguetes o de entretenimiento preferirá un bebé en un año. Lo que sí es cierto es que cada niño necesita su propio espacio personal en el que pueda dedicarse a sus pasatiempos favoritos: soñar, soñar despierto y, por supuesto, jugar. Una casa de juegos instalada en tu casa o en el terreno ofrece a tu hijo un sinfín de oportunidades para desarrollar su imaginación; al fin y al cabo, según los psicólogos, es su imaginación la que determina su futuro desarrollo intelectual y sus habilidades comunicativas.